top of page

Mayores

Aprendiendo y enseñando  (Mª Luisa Contreras Vázquez)

anciano-ensenando-sus-nietos-plantar-jardin-activo-atractivo_41404-112.jpg

Partiendo del salmo 92 que expone que “en la vejez seguirán dando fruto” Para el Papa Francisco “La ancianidad no es un tiempo inútil en el que nos hacemos a un lado, abandonando los remos de la barca, sino que es una estación para seguir dando frutos”. Las fuerzas pueden declinar o la aparición de una enfermedad puede poner en crisis  nuestras certezas. 


Frente a esta sensación de decaimiento, Jorge Mario Bergoglio recomienda continuar con la actividad y el aprendizaje, especialmente “desde el punto de vista espiritual, cultivando nuestra vida interior por medio de la lectura asidua de la Palabra de Dios, la oración cotidiana, la practica de los sacramentos y la participación en la liturgia”.


Junto a esto, recomienda a los mayores cultivar  ”la relación con Dios, las relaciones con los demás, sobre todo con la familia, los hijos, los nietos, a los que podemos ofrecer  nuestro afecto llenos de atenciones, pero también con las personas pobres y afligidas, a las que podemos acercarnos con la ayuda concreta y con la oración”.


En este sentido, reivindica también la figura de los abuelos como referentes de paz en un mundo en guerra para “enseñar a las mujeres  y a los hombres de nuestro tiempo a ver a los demás  con la misma mirada comprensiva y tierna que dirigimos a nuestros nietos”. “Hoy podemos ser maestros de una forma de vivir pacífica y atenta con los más débiles”, apunta Francisco. “Vosotros, queridos  mayores , sois los promotores de la revolución de la ternura, con una tarea concreta: proteger el mundo con acciones concretas  y con la oración”


En el camino de la vida, Jesús nunca nos abandona y se acerca a nosotros a través de la ternura.
La familia es el primer lugar de la ternura, Y es que ,como experimentan  tantas personas en todo el  mundo, la fe, la ternura del amor, se enseña primero en la familia. 


“El futuro tiene un nombre, y ese nombre es esperanza”, asegura Bergoglio, si se produce la auténtica revolución de la ternura." 


La ternura  es usar los ojos para ver al otro, usar los oídos para escuchar a los demás, al oír los gritos de los niños, los pobres, de los que temen el futuro; también escuchar el grito silencioso de nuestra casa común, la tierra contaminada y enferma.
La ternura, es la fuerza del tacto, que Jesús expresó de forma tan elocuente con todos sus gestos. 


Pero la ternura es también abrazar. Todos hemos de aprender a abrazar a los necesitados , como San Francisco. En cada hermano y hermana en dificultad abrazamos la carne de Cristo que sufre.  La ternura es algo muy necesario.

bottom of page